Son muchos los niños con Trastornos Generalizados del Desarrollo (TGD): 4-5 casos por cada 1.000 habitantes, según los expertos. Autismo, Síndrome de Asperger, Desintegrativo infantil, Rett y otros trastornos no especificados componen esta estampa donde investigación, educación, sanidad, atención social y laboral o coordinación institucional tienen mucho por hacer.
La investigadora de la Universidad de Zaragoza María Frontera remarca la importancia de impulsar mejoras de actuación en los ámbitos sanitarios, social y educativo. ”Todos deseamos conseguir una vida con la mayor calidad de vida posible. Este derecho básico lo tienen también quienes padecen este tipo de trastornos, caracterizados por una distorsión del desarrollo, con distintas áreas afectadas como la comunicación, el comportamiento y con problemas emocionales y conductuales asociados. Estos trastornos aparecen en los primeros años de vida pero se dan a lo largo de toda la vida. Son precisas actuaciones específicas en cada etapa evolutiva de la persona”, aseguró esta profesora del Departamento de Psicología y Sociología de la UZ, que dirigió hace dos años el primer estudio universitario de “”screening”» sobre el síndrome de Asperger, dentro del marco de colaboración entre la Universidad y el Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón. En él, se reflejaba que un 1% del alumnado tenía Asperger. Sigue leyendo