En Dinamarca, país líder en cuidados al medioambiente, el matrimonio compuesto por Nazaret y Toke Fernández sueñan juntos y convierten realidad su visión de proteger el ecosistema boliviano. Los apellidos en Dinamarca se pueden cambiar, por eso él optó por escoger el mismo apellido de su esposa para seguir compartiendo en común más cosas… Es mucho lo que les une, principalmente una misma visión de pasión por la naturaleza y su cuidado, que han logrado contagiar a otros profesionales y conformar la oenegé, Earth Advocates Association (EAA) —que en español quiere decir Asociación de Defensores de la Tierra— con la que logran abrazar a los bosques de Bolivia.
Se reúnen varias veces por semana con el resto del equipo de esta oenegé, creada hace siete años y compuesta por nueve profesionales voluntarios, con Toke como presidente y Nazaret al frente de la supervisión y control de los fondos económicos que logran obtener mediante el concurso a convocatorias públicas en Dinamarca para el impulso y desarrollo de los proyectos que por ahora tienen en Bolivia, en la Chiquitania, al este del país, y en la selva amazónica, al noroeste. Para asegurar un gran impacto, todos los esfuerzos se centran en áreas donde tanto los valores naturales como los niveles de amenazas son altos, como es el caso de la Chiquitanía boliviana. Todos los proyectos se implementan en estrecha colaboración con socios locales, comunidades, autoridades y el sector privado.
El trabajo de esta oenegé se impulsa en país propicio para el apoyo a la naturaleza, al contar con un Ministerio de Medioambiente, creado en 1972, cuando en la mayor parte de las naciones del mundo no existía siquiera conciencia medioambiental. Toda esta trayectoria la convierte en una nación con una cultura y política muy ligada al medioambiente, que va incrementando sus partidas presupuestarias en la protección de la naturaleza, debido a esa presión de los propios ciudadanos por proteger el planeta, hasta lograr contar con un presupuesto anual de 2.000 millones de dólares.