100 niños bolivianos pintan su infancia de alegría y dolor

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En Bolivia, se vulneran derechos de la infancia y muchos niños sufren maltrato o violencia. En la foto un niño trabajador de Santa Cruz de la Sierra. Foto: Observatorio Infantojuvenil. UAGRM.

Abril es el mes de la infancia en Bolivia. En los medios de comunicación hay un mayor protagonismo de noticias o artículos sobre esta temática, especialmente el día 12 de abril que fue el Día del Niño. Una fecha en la que se recordaron unas cifras: En América Latina se calcula que cerca de 40 millones de menores viven en la calle y la cifra alcanza los 100 millones en todo el mundo. En el caso de Bolivia, son más de un millar, de los que más de 500 viven en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.

Esta ciudad, junto a La Paz, es la que cuenta con más índice de niños en situación de calle y de trabajo infantil en Bolivia. Y allí es donde se está desarrollando una campaña de comunicación con el lema “Vacúnate contra la violencia infantil”, emprendida por el Observatorio Infantojuvenil perteneciente a la Facultad de Humanidades de la Universidad Gabriel René Moreno.

Se ha escogido este lema porque “en Bolivia el derecho a la protección y bienestar de la infancia es el menos respetado. Los niños y niñas sufren violencia y maltrato en todos los espacios de su vida cotidiana. La familia es un lugar inseguro para muchos pequeños”, explicó la directora de este Observatorio, Elisa Saldías.

Esta campaña incide en que aunque en Bolivia se haya avanzado en los últimos años en materias como reducción de la mortalidad infantil o mayor cobertura en educación primaria, sigue siendo alto el nivel de violencia que se ejerce sobre los niños, incrementándose el índice de trabajo infantil, maltrato familiar y prosiguiendo la realidad de niños y adolescentes que viven en la calle. Así, según una encuesta realizada por la Subsecretaria de Asuntos Generacionales a niños y jóvenes: 7 de cada 10 declararon recibir maltrato psicológico y 6 de cada 10 maltratos físicos en el ámbito familiar.

Entre las actividades emprendidas en esta campaña destaca el proyecto artístico “Por una infancia feliz”, en el que han participado cerca de 100 niños bolivianos, de 9 a 13 años, a los que se les ha pedido que pinten “¿Qué es una infancia feliz? o ¿Cuáles son sus sueños?. En la actualidad esta exposición puede visitarse en el Centro Cultural Franco Alemán de Santa Cruz de la Sierra, gracias al apoyo del Goethe-Institut.

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En la imagen, en un momento de un taller de dibujo que compartí con niños en Casa Mitaí, institución dirigida a niños que trabajan en Santa Cruz de la Sierra. Estos dibujos formaron parte de la exposición “Por una infancia feliz”.

Con la ilusión de averiguar cómo ven los más pequeños una infancia feliz, miembros del Observatorio Infantojuvenil y de la Asociación de resiliencia Crear y Creer viajaron a colegios como San Francisco de Fe y Alegría, hogares como Calle Cruz, destinado a unos 40 niños que han vivido en situación de calle o Casa Mitaí, destinado a 300 niños que trabajan y estudian.En estas sesiones, en las que los pequeños se mancharon las manos, han deseado plasmar en láminas de colores cómo ven ellos su mundo, unas veces teñido de colores vivos, de arco iris, de corazones, de niños que juegan, de una familia, de sonrisas… Y en otras ocasiones, con trazos oscuros, que implican soledad, abandono, miedo y bloqueo; les ha costado usar pinturas de colores vivos, ilusionarse con dar vida en el papel a esa inocencia y esperanza propias de la infancia.Todos los dibujos de estos niños servirán para expresar “algunos rasgos de su personalidad, como sus miedos, sus emociones y su forma de ver el mundo”, según explica Narda Murillo, psicóloga de la Asociación de resiliencia Crear y Creer.

Trabajo y lápices

La artista bielorrusa Margarita Yarmats, aprovechando su participación en la I Feria de Arte Maja Bolivia, deseó vincularse este proyecto de dibujos infantiles, que ha originado una exposición itinerante que podrá verse tanto en Bolivia como España.

Esta pintora, afincada en España, participó con esta actividad en Casa Mitaí, institución boliviana dedicada a niños que trabajan durante unas horas, facilitándoles educación y la posibilidad de comedores públicos y sanidad, para que no traspasen la frontera y acaben viviendo en la calle. Se calcula que el 85 % de los niños que hoy viven en la calle fueron un día niños trabajadores.

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Me ha emocionado la actividad, era siempre un sueño que tenía el de ir a un orfanato y compartir con niños”, aseguró Yarmats, que reforzó a los niños, que tenían edades que oscilaban entre los 7 y los 13 años, diciéndoles: “Todos los sueños se pueden creer, pero primero tenemos que creer en ellos. Yo de niña quería ser pintora y me parecía muy difícil y ahora me dedico a ello”. Al tiempo, les comentó: “Vosotros estáis haciendo algo que es muy difícil: trabajar y estudiar. Si podéis hacer eso, podéis hacer ya cualquier cosa”.

En esta actividad de Casa Mitaí, participaron más de 30 niños que dibujaron sus sueños, qué desearían hacer en la vida. Todo tipo de profesiones apareció materializada en esas cartulinas de colores que se repartieron a cada uno: doctores, periodistas, abogados, policías…

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Dibujos del dolor

 

Otros niños que participaron en este proyecto artístico de la campaña “Vacúnate contra la violencia infantil” eran del hogar La República, de la institución Calle Cruz. Todos ellos tienen un pasado de abandono, maltrato o experiencia en calle. Nos acercan a la realidad de la situación de calle en Bolivia, en la que el 90% de tiene una historia familiar de maltratos ya sean físicos, psíquicos, sexuales o por falta de atención: están sobrepasados por el clima de violencia que viven en sus hogares.

Perciben que deben huir de sus hogares de cualquier forma, porque son lugares hostiles, que no les protejan. Al contrario, se sienten amenazados, golpeados, humillados”, explican responsables de Calle Cruz. En la calle recurren a drogas populares como la clefa o pegamento, para olvidar esa herida que se suma a las que reciben en la calle, donde la marginalidad social se suma a la prostitución, a los abusos, a la violencia…

Desde el observatorio Infantojuvenil de la Facultad de Humanidades de UAGRM se desea que esta exposición de dibujos “Por una infancia feliz” de lugar a informes realizados por psicólogos que se pongan en marcha políticas y estrategias para mejorar la vida de estos niños en estos hogares y colegios.

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