En el mundo hay unos 150 millones de personas que padecen diabetes. Y las cifras van en aumento, según vaticina la Organización Mundial de la Salud (OMS), que asegura unas previsiones más que desoladoras para el 2025: 380 millones de afectados. Estamos ante una enfermedad de la opulencia característica de los países desarrollados, donde hay una ingesta de alimentos cada vez mayor, que no es paralela a la actividad física. Es, además, propia del medio urbano, de personas sedentarias y preferentemente mujeres.
Así lo explica Jorge Solano, Jefe de Servicio de la Unidad de Cirugía Laparoscópica Avanzada de Quirón Zaragoza, que saltó a los medios de comunicación een febrero de 2010 por haber realizado la primera intervención por laparoscopia a un paciente afectado por diabetes de tipo 2, que es la diabetes predominante, afecta al 90% de los diabéticos y está más asociada a los antecedentes familiares y a los hábitos de vida occidentales.
Desde esa fecha este cirujano ya ha realizado con éxito muchas operaciones con esta técnica revolucionaria, indicada en pacientes con este tipo de diabetes mal controlada, que requieren mucha insulina o están a punto de necesitarla, con una edad comprendida entre los 18 y 60 años, con existencia de reserva pancreática y con una diabetes de menos de 10 años de evolución.
Al hablar de diabetes hay que explicar que se trata de un desorden del metabolismo, provocado por un déficit de insulina, que es el factor más importante para convertir un alimento en energía, tras pasar la glucosa a la sangre, donde la insulina le permite entrar en las células. Si hay falta de insulina este proceso falla. Puede ser que las personas no produzcan insulina, como ocurre en la diabetes tipo 1, que se inicia en la infancia y obliga a inyectarse insulina diariamente para poder vivir. Esta diabetes afecta a menos del 10% de los afectados por la diabetes. “Tengo familiares con este tipo de diabetes, pero lamentablemente no existe una intervención que solucione este problema”, concreta Solano.
Mientras para este pequeño porcentaje de diabéticos no hay todavía una puerta de salida. Para la mayoría, los afectados por diabetes tipo 2,-que han contraído esta enfermedad por antecedentes familiares y hábitos de vida occidentales-, sí existe una esperanza. Gracias a esta intervención quirúrgica puntera realizada en la Clínica Quirón de Zaragoza.
Rápida recuperación
Con esta sencilla intervención de unos 50 minutos, podrán recuperarse rápidamente y dejar la medicación. La cirugía consiste en realizar un cortocircuito entre el duodeno y la parte superior del intestino delgado reduciendo, así, el tiempo en el que el cuerpo absorbe las calorías de la comida. “En el duodeno está el origen de la señal metabólica que causa la resistencia a la insulina. Esta señal está posiblemente exagerada o mal sincronizada en los pacientes diabéticos, impidiendo la regulación correcta de los niveles de insulina y de glucosa en la sangre”, apunta este Jefe de Servicio de la Unidad de Cirugía Laparoscópica Avanzada
Los objetivos de esta intervención, según este responsable, son normalizar los niveles del azúcar y en definitiva alargar la vida de estas personas, cuya esperanza de vida es inferior a la población normal.
En España son susceptibles de someterse a esta intervención unos 2,5 millones de personas, más del 5% de la población. Esta es la estimación de personas afectadas por diabetes del tipo 2. “Muchas personas ni saben que son diabéticas, dicen que su problema es que tienen el azúcar alto. Como no se pinchan insulina no se consideran diabéticos. Hay un gran desconocimiento social”, señala Jorge Solano, que explica que en la diabetes del tipo 1 el diagnóstico es rápido, en la del tipo 2, las personas pueden estar 15 años sin saber que padecen esta enfermedad.
Pero el perfil del enfermo diabético tipo 2 tiene claras características. Es una persona con hipertensión, hipercolesterol, obeso, de más de 40 años y un perfil predominantemente femenino. Aunque de las 15 operaciones realizadas en la Quirón a través de laparoscopia han sido todo varones. “Hay muchas mujeres que no saben que tienen diabetes”, apunta Solano, que asegura que para operarse el paciente no debe tener una obesidad que supere el 30-50% superior al índice de la masa corporal. “Si se pasa de este porcentaje ya es obesidad mórbida y eso requiere otro tipo de operación”, finaliza Solano.
Artículo de Rosa Castro para Aragón Investiga
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