Investigadores aragoneses planifican energía y recursos en Kazajistán y Uzbekistán

Dos investigadores del Laboratorio de Investigación en Tecnologías de la Combustión (LITEC), centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Universidad de Zaragoza, coordinan un proyecto internacional cuyo fin es planificar la energía, el transporte y los servicios urbanos de Kazajistán y Uzbekistán, antiguas repúblicas soviéticas de Asia Central.

Esta iniciativa está impulsada y subvencionada por el Banco Asiático para el Desarrollo (ADB). A raíz de un encuentro realizado en España centrado en aspectos económicos y de política energética, uno de los ejecutivos de ADB se interesó mucho por la actividad desarrollada a lo largo de los últimos años por este equipo de investigación aragonés.

El grupo, encabezado por Norberto Fueyo y César Dopazo, ha abordado estudios sobre los potenciales de generación y costes de las energías renovables, así como su impacto en cuestiones de planificación energética en España. Fue así cómo el ADB les encargó la coordinación técnica de este proyecto que dará lugar a “hojas de ruta” que permitirán a los gobiernos de ambos países adoptar planes estratégicos relativos a políticas e infraestructuras en energía, transporte y servicios urbanos. Asimismo, el ADB utilizará los resultados para la toma de decisiones en la negociación de créditos para proyectos.

Investigadores de Estados Unidos, Portugal, junto con los de la Universidad de Zaragoza conforman este consorcio internacional. El Instituto Tecnológico de Georgia en Atlanta, Estados Unidos, se ocupará del transporte interurbano e internacional. El estudio de los servicios urbanos de agua, saneamiento y calefacción colectiva, así como la movilidad urbana, serán la responsabilidad del Instituto Superior Técnico de Lisboa, Portugal.

El grupo de investigadores aragoneses del Área de Mecánica de Fluidos se ocupará del trabajo de energía, con el objetivo de “proponer opciones que permitan aprovechar la inmensa riqueza energética de estos dos países, teniendo en cuenta producciones, importaciones, exportaciones y consumos finales, así como los cambios regulatorios y de la estructura de los mercados”, señala Dopazo.

Esta iniciativa podría aplicarse en el futuro al resto de países de Asia Central y Occidental, una de las regiones en las que opera este banco: Tayikistán, Kirguizistán, Turkmenistán, Afganistán, Pakistán, Georgia, Armenia y Azerbaiján.

Uzbekistán y Kazajistan son dos países “energéticamente ricos”. En la imagen, Uzbekistán.

Dopazo, catedrático de Mecánica de Fluidos del Centro Politécnico Superior de la Universidad de Zaragoza (CPS), asegura que estos dos países son “energéticamente ricos”. La duración estimada de las reservas de carbón en el caso de Kazajistán es de 300 a 400 años, siendo éste el combustible principal en la generación de electricidad. Petróleo y uranio también son muy abundantes en Kazajistan y, en menor medida, en Uzbekistán. En este último país la producción eléctrica depende primordialmente del gas.

La obsolescencia de gran parte de la infraestructura existente así como la dimensión de los nuevos proyectos a realizar hace que “precisen atraer inversiones extranjeras. Para ello, los dos países deben avanzar en la definición de una política energética y un marco regulatorio, que permitan el desembarco de empresas que, por ejemplo, deseen participar en la producción y el suministro de calor y de agua caliente, servicios fundamentales en estos países, en los que las temperaturas medias alcanzan los 34º grados bajo cero en el mes de enero”, precisa este investigador. Estos países buscan empresas extranjeras interesadas en invertir en, explotar y mantener infraestructuras y servicios en los tres sectores citados como tractores esenciales del desarrollo económico y tecnológico.

Este proyecto internacional, propondrá escenarios a 30 años vista que se irán actualizando periódicamente. Norberto Fueyo y Cesar Dopazo, junto con el resto del equipo investigador, han visitado en dos ocasiones en 2011, en los meses de mayo y octubre, estos países, “curiosos y fascinantes, por donde discurría la ruta de la seda”, con temperaturas extremas que oscilan entre los 40 ó 50 grados bajo cero en invierno, y los 30 a 40 grados sobre cero en verano. En ambas ocasiones han mantenido conversaciones con investigadores y consultores Kazajos y Uzbecos, así como con personal de empresas, de agencias estatales y de organismos internacionales y con autoridades de diversos Ministerios relacionados con energía, transporte y servicios urbanos..

“Acompañados siempre por un traductor del ruso al inglés, hemos tratado de conseguir información, que en muchos casos se considera confidencial. El desafío del proyecto es importante y estamos muy interesados en aprovechar esta oportunidad única para realizar un estudio técnico-económico innovador”, concluye Dopazo.

Rosa Castro Cavero. Artículo publicado en Aragón Investiga

Esta entrada fue publicada en Aragón, Aragón Investiga, Ciencia, Divulgación Científica. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *